EL SAMAN de los cuatro siglos.
El gran árbol siempre ha estado allí.
La memoria del poblado se asienta en sus frondas, desde hace más de cuatro siglos, ellos nos pueden contar sobre sus cuitas y secretos: ¡Ha visto pasar tanta vida bajo su sombra!.
Ha sentido el viento de los siglos sobre sus millones de pequeñas hojas moviéndose incesantes, bajo el sol.
Ha soportado miles de aguaceros, calladamente. Inclementes veranos lo han asolado sin consideración.
Generación tras generación de pobladores y visitantes, lo han admirado deteniéndose ante su majestuosidad. Se lo han llevado en los ojos y lo han guardado en el corazón.
A su vera, está el viejo camino hacia el poblado, camino del ganado se llamaba.
Muy cerca suyo, el ferrocarril de sus sueños, pasaba raudo.
Bajo su sombra, una ermita de ladrillos guarece la imagen de María Auxiliadora y en estos años, bajo su inmensa copa, los naguanagüenses se reúnen, para buscar la paz y el solaz, oyendo cálidas melodías musicales en fraternos conciertos.
Su alta estatura, de extensa circunferencia,de sombra con más de cien metros de diámetro y su corpulento tallo, son el orgullo de Naguanagua. Es el gigantesco Samán del Jardín Botánico: un canto vegetal a la maravilla de la naturaleza, que decidió crecer en este valle para siempre.
Fritz Kuper
Naguanagua en el Tiempo y la Niebla
Ediciones Alcaldia de Naguanagua
2005

Ese dibujo que presenta no corresponde al actual Samán que está vivo y esplendoroso en el jardín botánico de Naguanagua
ResponderEliminarLa imagen presentada corresponde a la ilustración realizada por el autor Fritz Küper, para acompañar el texto que antecede y que está contenido en su libro: Naguanagua en el tiempo y la niebla. Las fotos del Saman actual está en el post titulado :”Jardin Botanico”
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